Mi guapo:
El día que te regresaste a Quito, llovió bastante.
Quizás no lo notaste, pero el cielo estaba particularmente gris, y el aire soplaba frío.
Es el tipo de cielo y clima que es mi favorito, lo sabes.
Sin embargo, se sumo a mi melancolía por tu partida y por la incertidumbre de vernos,
pues si bien es cierto, la fecha está sobre la mesa no descuido que son tiempos de pandemia
y las piezas del ajedrez llamado vida se mueven a veces a una velocidad asombrosa
y nos sorprenden con sus giros y jugadas.
Quiero y es mi anhelo verte en diciembre, no tienes una mínima idea cuanto te echo en falta
y la nostalgia que inunda los espacios de mi casa donde anduvo tu ser.
Me he acostumbrado a tu despertar a mi lado, a tu respirar en mi oído y a tentar tu cuerpo en las madrugadas, encontrando tu calor.
Me llenaba comer contigo y escuchar tus historias, las noticias, tus opiniones y por las tardes noches ver vídeos, oír música, verte en la lap, oírte cantar y ver vídeos e comedia que aunque no son mis favoritos, los disfrutaba bastante porque los compartía contigo,
Esa manera dulce y con disciplina de tratar a los perritos, que dicho sea de paso sé que te echan de menos y están esperando como yo tu regreso.
Si bien, yo iré en diciembre si Dios lo permite, deseo tanto que vuelvas a casa, para exculpar mis yerros, esa manía absurda de perder el tiempo.
Sin embargo, lo hablamos y es más fuerte el amor y las ganas de estar bien, porque te quiero en mi vida y sé que me quieres en la tuya.
El plan que tenemos para diciembre es la mejor de las muestras para ello.
Sin embargo hoy, te digo sinceramente y desde el corazón:
Te extraño Papito.
Atentamente:
Tu mami:
Patricia Adriana Hernández.