Aprendiendo a crecer. Skarulupedagoga

Yo del amor, comprendo que entiendo poco,
yo más bien, siento mucho,
me he vivido amando tanto, 
que siento que ese tanto se reduce a poco.
Poco lo que se espera,
poco lo que mantiene,
porque es tan grande mi llama
que aluza lo que debería ser de dos.
Y es que leo que el amor es gozoso al dar,
y yo al darme siento complacida el alma.
Pero, de pronto el canto de mi corazón 
de todas las mañanas ya no silba, ya no canta.
No hay tarareos en mis anocheceres,
no tengo pizca de rocíos en las flores de mi alba, 
porque de pronto me doy cuenta
así, sin más, que hay un puente seco
donde yo insisto diariamente en sacar agua,
la noria no gira, está entumecida,
en el fondo hay sequía, las paredes están vacías
y solo es eco, lo que se escucha
un eco que es de las palabras mías.
Ese pozo que era de agua de río,
que en cada sorbo me llevaba al mar,
ahora no lo hay, porque si aquello fuese un navío
ya no tiene capitán, porque se hizo ausente
ausente de mis quereres.
Y es que amar es un terreno fértil, 
pero se hace áspero cuando ni agua bebe.
Ese fluir de mimos, de detalles, de palabras
de travesuras, de cortejos, de miradas,
de caricias, de sexo, es ser tierno, es ser pasión.
El amor por amor, es un todo,
es la adrenalina de estar con aquel, 
es tener la certeza que ese ser te da energía,
te ayuda con tus malhumores porque pensarle y hablarle
genera en ti una sonrisa, una instantánea alegría
y miras el reloj y quieres que corra para estar juntos
porque el amor es placer, porque el amor es necesidad
del otro, no una patología enfermiza
me refiero a ser cómplices no sólo de anécdotas
sino de experiencias mutuas que se tejen y se hacen en pareja.
Cuando se mira en reversa 
y se ve que el espacio que era NUESTRO
solo queda en la memoria, como un bonito recuerdo
que sostiene lo que ya no es, porque ya no somos,
porque lo que existió no se ha nutrido,
porque de pronto todo giró en un puente
que se sostiene solo de un extremo,
porque el otro lado emigró
y yo que soy caminante, no camino más.
Ya no deseo avanzar sola, esperando que el viento traiga
por lo menos la sombra de mis amores, 
sembré tantas flores, eche agua al pozo.
conecté el puente, hice canciones
verbalice poemas, me ofrecí como amiga,
como amante, como compañera.
como novia, y esperaba como se espera el sol de mayo
que un día, una noche, una hora cualquiera
todo se fortaleciera y en vez de ello,
todo se desvanece ante mi mirada crédula
porque creo en lo que veo, creo en lo que observo
y observo que de amores errados, ya tuve muchos
y por tantos ratos, que ahora que detecto que fallé
al creer que se podía vencer lo invencible
me duele el alma, me duele la piel
que se agrieta y marchita porque no siente más
el roce de otra piel ni en físico ni en digital.
Y esos sueños que tenía, no serán con él
una verdadera ironía, le quiero como a nadie
pero nadie debe ser por encima de mí,
de mis metas , de mis sueños
mi amor retomo, y lo encauzo hacía mí.
Ahora yo soy la capitana, ahora yo navego 
mares de sueños personales están en mi mente
y pondré mucho corazón para cumplir
los anhelos que hacen que vibre mi ser.
Lo que ahora sé, es que el amor no es preguntas, 
no es respuestas, no es hastío, no es fastidio.
El amor es energía, entusiasmo, es dinámico
El amor es sentir, sentir y sentir
que hay gozo y placer en el cuerpo y en el alma.
Uno está enamorado porque uno está ilusionado
en compartir la vida con el otro,
y suma ese otro en los proyectos, en las metas
y dice frases a futuro, porque uno tiene fe
porque uno espera que Dios permita,
que uno consiga estar, ser y tener una vida en común.
Pero, si alguien no te suma, no te integra,
no te habla de planes, simplemente, entiendo ya, 
es porque no te mira en su vida, 
y estar así, es triste cuando uno es musiquita por dentro
y se hace uno sueños, porque así se vive mejor
porque tener ilusiones, crear proyectos de pareja
es una emoción tan grande y tan bella.
Uno siente que la vida tiene misión
y eso es una de las razones por las que sé ahora,
que el amor no es renuncia, 
hay que ser como se es, y eso es que nadie 
debe ser como espera el otro.
Pero, si eso que da el otro, ya no alcanza
hay que emigrar los amores, 
hay que emigrar las ilusiones.
Sin más, creo porque de cierto no lo sé,
creo que eso es madurez, 
saber hasta donde y hasta cuando querer.
Entonces, entiendo, que estoy aprendiendo a crecer.

Atentamente:
Patricia Adriana Hernández.