Nemutatsuaka/ Estoy llorando. Angélica Ortíz (poeta huichola)

El poema que les voy a mostrar lo coloco en dos tantos, el primero está escrito en lengua wixárika que es la lengua madre de la autora de dicho poema y después está la traducción al idioma español. Sobre la autora les comento que ella se llama: Angélica Ortíz, es mexicana y es indígena. Tiene un amplio repertorio y es reconocida porque es una excelente poeta además de ser profesora e investigadora del Departamento de Estudios en Lenguas Indígenas de la Universidad de Guadalajara, Me gustaron mucho los poemas que leí de ella, están en varias páginas de Internet.
Ahora bien, ojalá puedan leer y conocer la poesía indígena mexicana, es un viaje lector fantástico porque tiene en sus letras la melancolía del indio, del originario y del mestizo del que han estado sometidos, del dolor y la esperanza, de aquello que nos nutre y une, que es la madre tierra, el padre sol, y la vida sencilla entre cantos, nostalgias, cuentos, leyendas, fabulas y un vínculo fuerte con la naturaleza, y amor. Pero, el amor en voces de nuestros ancestros indígenas, es aquel amor de los mexicanos que somos tan afortunadamente mestizos,  se trata de un amor entregado, un amor profundo,arrebatado, ese todo o nada, ese apego de ser uno con aquel, desde el encuentro de almas, desde el encuentro de la carne con carne, palpitar con los quereres, entre juegos, risas, llantos, ilusiones y desilusiones, se parece a otros amores, pero no. Estos amores saben a campo, a maíz, a la cosecha, a jornadas de sol, a volares de enaguas bajo el viento, sabe a chile, a metate, sabe a sexo sobre petates. A piel requemada por el rayo imponente y caliente del sol. Hay en su simpleza una exquisitez de amar al otro sólo y únicamente por lo que es.
¿Acaso eso no es bello? Y los poetas indígenas lo muestran, lo escriben, lo cuentan y transmiten para que la cultura milenaria no muera, no se olvide.
Para muestra les dejo un botón.

Pintura del Pintor mexicano Jesús Helguera.
Vista Pinterest en el link:
http://misgalgasyoy.blogspot.com/2010/05/el-arte-de-jesus-helguera.html?m=1


Nemutatsuaka
Nemutatsuaka ’ena tetetsie nehakaiti
’ena netsuariya ’aixi ma’ane, ’aixi mitiutsuani,
nehixite ri kwinie mitihatika.
Tanaiti temuyetsuari hipati kwinie hipati yaki,
ne hiki kwinie nemireutsuamiki ’aimieme ’ena nemaka
netsuariyatsie ne’uyeniereti.
Heiwa tsepa pemikareutsuamiki pemitatsuaritiarieni,
tsi tsuariya mitatsikuweiyane tanuiwaritsie tamiiyatsie,
Tuukari mikaxuawe tsuaritsie mieme xeikia.
’Aimieme hiki nemutatsuaka mexi neyiwe,
mexi nehamarike,
mexi nehixite katiwawe.
Tsuariya mikayutua,
maiweti mi’ane, meiti’enietiyeika xeikia kemi’ane mitatsuaka,
tsi ta’iyaritsiepaiti hatineikati mi’ane
’aimieme xei ’ukai ’aixi retsuarieti ’aixi yeme kana’aneni.

Estoy llorando
Estoy llorando sentada aquí en esta piedra.
El llorar aquí vale la pena, se llora bien:
mis ojos ya están hinchados.
Todos lloramos por algo; unos poco, otros mucho,
hoy, lloro sin dejar de mirar a través de mis lágrimas.
A veces no quieres llorar, pero te hacen llorar,
el llanto nos persigue y morimos con él.
No hay día especial para llorar.
Por eso, hoy lloro, mientras puedo,
mientras sé llorar,
mientras mis ojos no se han secado.
El llanto no se vende,
el llanto es sagrado para aquel que lo llora,
y una lágrima bien llorada 
merece respeto por aquel que no la llora.
Autora: Angélica Ortíz.