Reitero que la vida me pone las palabras, el texto donde ocupo leerlo. Hoy por la mañana amanecí en modo cariñosa con mi compañero de amores. En realidad disfruto decirle que lo quiero, que lo miro guapo, y agradezco el amor bonito que me da cada amanecer, atardecer y anochecer. Agradezco hondamente su existencia a Dios, a la vida y a todos sus ancestros, a los míos, a las huellas de vida que hemos dejado cada uno paso a paso hasta encontrarnos. ¿Quién sino un milagro nos hizo hallarnos? En un mundo de infinitas posibilidades, hoy aquí y ahora estamos juntos y yo lo amo, yo me siento amada y eso es en esta maravilla de cotidiano sencillamente ¡extraordinario!
Disfruto expandir con lenguaje amoroso el amor que me vibra alegre en el corazón. Suena cursi, sí, desde luego, pero el amor es romántico, mi amor es dulce, apasionado, creativo, intenso y tranquilo a la vez, es como las olas de mar, nunca igual y siempre bello.
Se siente, se percibe, se vive. Gozo que lo sepa, porque no se vale sentir y no decir, y este texto que les comparto dice algo así.
¡Qué el mundo y cada uno de nosotros vibre en amor! Cada palabra sea sanadora, cada palabra sea de amor maduro y real, armonioso y con bienestar.
Amemos esa es la misión: Amar.
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El poder curativo de las palabras cariñosas.
El amor es un lenguaje y se acompaña de muchas palabras y expresiones: “Te quiero mucho”, “cuídate”, “te ves muy bien”, “avisa cuando llegues”, “te extraño”, “estaba esperando tu mensaje”, “eres muy importante para mí”, “quiero pasar tiempo contigo”. Podrían ser solo palabras, pero los afectos expresados en cada una de ellas nutren el alma.
No tengas miedo de las palabras afectivas. Es un mal social de estos tiempos el no querer usar las palabras afectivas por considerarlas “ridículas” o porque expresan debilidad. Pero al contrario, expresan fortaleza, porque estas palabras nos mantienen sanos y nos ayudan a esparcir sanidad en los corazones más lastimados.
Con palabras de amor y afecto puedes inyectar fortaleza, motivación, valor, coraje y determinación en las personas. No tengas miedo de ser amable y decir a cada persona lo positivo que hay en ella.
No tengas miedo de decirle a tu amiga “te ves hermosa”, porque tal vez la han herido tanto por su apariencia que ella no se siente así. No tengas miedo de decir “me encanta tu actitud, cómo enfrentas cada problema, aprendo mucho de ti”, porque a veces las cosas no son tan fáciles para esa persona y puede sentirse motivada por tus palabras.
*Menos crítica y más afecto*
La crítica es buena porque nos ayuda a mejorar como sociedad. Sin embargo, estamos tan saturados de críticos severos, que nos hemos olvidado de las palabras de afecto, esas que realmente nos motivan para seguir adelante.
Cuando una persona solo recibe críticas, no importa de donde vengan, no importa si la escudas bajo el “te lo digo porque te quiero”, no podrá reconocer lo bueno que hay en ella porque su panorama de sí mismo es solo negativo.
Por eso las palabras de afecto valen oro en estos días donde todos tienen algo que criticar. Porque las palabras cariñosas aportan identidad a las personas, les dicen lo bueno y valioso que hay en ellas y les motivan a hacer cambios en el resto de cosas que andan un poco chuecas en su personalidad o apariencia.
Una persona no quiere que le digas que tiene sobrepeso y que debe adelgazar y que se lo dices porque le quieres. Lo que quiere oír de ti es lo valiosa y preciada que es para ti, lo que te gusta y lo que se le ve bien. Si le refuerzas con amor, tal vez tome las decisiones adecuadas para mejorar su estilo de vida y salud.
Y no se trata de ser falsos y extremadamente positivos. Nadie puede dar aquello que no tiene por dentro, así que para dar palabras cariñosas que realmente nutran el alma de quienes te rodean, date a ti mismo palabras de amor cada día que te ayuden a levantarte con ánimo y enfrentar cada adversidad.
Visto en Facebook: Grupo Mujer Esencia y Transformación
Desconozco el autor, si alguien lo sabe me lo comunica y con mucho gusto coloco los créditos correspondientes.