A veces amanezco con tantos pensamientos revueltos, y cuestiono las decisiones que tomo y sobretodo aquellas que no he tomado.
Pienso y pienso, entonces, comienza una sensación de malestar, de incomodidad. Me siento presionada por mí, sólo por mí y de pronto recapitulo y digo: ¡Basta!, ¡Respira!, ¡Tranquila!
No hay paso a pasito que no te lleve a la meta, no hay plazo que no se venza ni fecha que no llegue. Todo tiene su tiempo, su espacio, su lugar, su momento.
Yo debo fluir, ser y sentir, pensar desde el juicio lógico que a veces no se trata de pensar si no de reflexionar, de meditar porque meditar es escuchar mi intuición, esa voz cálida que vive en mí y me lleva a puerto seguro, que es mi alma, mi espíritu, mi fe en la existencia mía que gobierna mi cuerpo como templo, mis sentimientos como oraciones, mis emociones como bendiciones.
Hoy, ahora mismo estoy y soy todo que puedo ser, no hay más, no hay menos. Es lo que hay y eso es bueno, eso es ano, eso está bien. Voy avanzando, voy caminando y sobretodo voy viviendo y en ese vivir esta el respetarme, el no juzgarme, el comprenderme y el amarme.
A propósito de ello, leí algo bien ¡Chulo de bonito! Como siempre se los comparto con todo cariño apreciables compañeros planetarios.
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| Ilustración propiedad de Mónica Mendiola. Es una extraordinaria artista la encuentran en: https://www.facebook.com/mon.mendiola/ https://www.instagram.com/monmendiola.ilustracion/?hl=es-la |
Entre todas las cosas que puedo hacer, hay una que es la más importante: apreciar el regalo de la existencia.
Cuando empiece a ver ésta vida como un regalo, estaré preparado para la paz.
(Texto del muro de Teté Martz. Visto en Danzar con la Vida).