Reflexión docente:
La tónica del
presente escrito será trasladar el mundo de las ideas, al mundo concreto.
Soy
una pensadora inquieta, una docente que aprende, un ser humano aprendiente.
Se
hace axiomático entonces, la necesidad de acometer espacios aúlicos
interactivos donde deliberadamente se proponga una perspectiva esclarecedora
del conocimiento y la verdad; transmutando los sofocantes hiatos de pasividad,
aletargamiento o somnolencia pedagógica en marcos de reflexión profunda y
significativa. Es decir; invitar al alumnado a la Conciencia en su relación formación- educación.
La apuesta por
este pronunciamiento, es para evitar que el aprendizaje sea traslapado por
actividades didácticas superficiales, transitorias y momentáneas en la vida
útil del aprendiz, ocasionando ese almacén de olvidos, de productos mentales inertes,
que se estacionan en vagancias cognitivas que frenan el desarrollo versátil de
sus procesos cognoscitivos complejos.
Las nuevas
fronteras sobre la aprehensión del conocimiento hacen que vivamos una cultura a favor del Pensamiento
Crítico desde el Pensamiento Creativo, como docente el reto es escudriñar posibilidades didácticas que sumen alternativas estratégicas como enseñante, para así guiar a que el estudiante identifique sus
propias habilidades de pensamiento de orden superior, bajo una vigilancia
critica de su ignorancia.
Todo ello en un clima de aula positivo, donde sin estigmatizarle en vacíos o deficiencias sino en
trabajar los re-conocimientos sobre su nivel de desarrollo intelectual. Se logre entonces, hacer ciencia exacta, natural, social, humana.
Porque
para todo compromiso intelectual es ininteligible deslindar el enseñar del
aprender, y viceversa. Son ejes de una misma espiral.
La declaración
anterior, es para examinar con disciplina nuestros propios supuestos, esquemas,
patrones de conducta y comunicación didáctica, revisar con detenimiento al
igual que con profundo miramiento los yerros que mantenemos como docentes en
nuestra presentación didáctica, ¿Cómo exaltar en el alumnado su metacognición,
sus estrategias y tácticas de aprendizaje, la resolución creativa de problemas
si mi yo docente adolece de las mismas?
Enseñar para la transferencia es armar un
plan de reinvención cognitiva, procedimental y actitudinal, que me revolucione como
una actuante pedagógica del siglo XXI. Es aquí donde entra una Competencia Docente esencial, la paciencia al enseñar y al aprender a enseñar.
Esta apreciación
general, es un producto cognitivo derivado del deseo de formarme
permanentemente como Pedagoga percibiendo, comprendiendo, elaborando,
afrontando y adaptándome a fases, mensajes y experiencias de esta nueva vida
escolar, que forzosa e interesantemente exhortan a la lectura critico-analítica
a partir del cultivo personal, intransferible, singular de un espíritu
emprendedor, una mente abierta y un escepticismo sano.
Tal como he
argumentado con levedad al principiar, la reflexión no debe eludir la
prescripción de preguntas y respuestas, buscando nuevas miradas para
interactuar en el mundo aúlico, estudiando-significando la enseñanza con
consciencia, ciencia, así como con paciencia.