Me encantó este texto, se los comparto. Ciertamente yo me definí por mucho tiempo como sapiosexual, pero después de leer esto ya no más, comparto la idea del autor, porque a mí también lo que pone y pone a mil son las almas, esas que te llenan de amor, de paz, que te hacen sentir que la vida es un baile y estás bailando mientras sonríes porque sabes que tienes todo para ser feliz.
¡Qué tengan una vida llena de amor y bendiciones todos ustedes que leyeron esto queriendo o sin querer!
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https://www.mujerde10.com/amor/pareja/habitos-pareja-relacion-sana/2019/08/
Se habla mucho de enamorarse de la inteligencia, de ser sapiosexual, de que hay que follarse a las mentes. Nada me parece más frío y superficial que eso. La inteligencia es tener buena memoria, calcular rápido y citar a tres o cuatro filósofos de carrerilla. No creo que sea a lo que os refiráis. Al menos yo no lo haría.
Yo no me enamoraría de una chica lista sólo porque fuese lista. Yo me enamoro de la profundidad, del mundo interior, del cariño, de la empatía, de la conexión personal e íntima. Yo no quiero follarme a las mentes. No me ponen para nada las mentes. Yo quiero follarme a las almas. A ese conjunto de cualidades personales y únicas que los psicólogos no saben ubicar en ninguna parte exacta del cerebro y que los científicos no tienen ni puñetera idea de dónde se encuentran. Eso es lo que me pone a mí. Las almas, los corazones, como queráis llamarlo. Es lo que nos hace especiales y lo que en realidad nos excita y estimula.
Autor: Mario Herrero