Mi guapo:
En ti tengo favoritos, hoy te hablaré de dos lugares que recuerdo con harto antojo y deseo.
Son espacios de tu cuerpo, que me seducen la mente, la piel y el sexo porque quiero y deseo sentirlos otra vez.
El primero es tu Esternocleidomastoideo:
¡Qué cosa tan divina Papi!
Tu Esternocleidomastoideo, conocerlo a besos
sentir como puedes girar el cuello,
mientras sientes mis labios cubriendo tu piel
y tensas y relajas, porque percibes mi aliento
y yo subo y bajo por ese músculo, esos ligamentos.
Mi mano acaricia también,
porque quiere sentir tu contacto
y es que ese lugar, es fundamental
porque de ahí surgen los sures y los nortes
de tus ideas y sentimientos.
Guarda los secretos de tu voz,
ahí hacen eco tus gemidos, tus pasiones...
El segundo lugar de ti, es tu escápula
Ese huesito coqueto y sexy
que se asoma tímido en tus fotos
y así sutil, discreto me moja y me pone a mil
hace juego con tu clavícula y húmero
forman tus hombros tan jodidamente sensuales
con lo que implica ser sensual
porque en su impacto visual
me producen un deseo sexual
que me genera tanto morbo y placer.
Vuela mi imaginación para lamer y recorrer
poquito a poquito, saboreando como un dulcecito
esos detalles que me impregnan la mente de erotismo.
Me gusta eso. ¿Sabes Papi?
Me gusta saborearte, chulearte y mirarte
no como una máquina de follar sino
como un hombre que aparte de follar
me permite explorar su cuerpo,
que seduce mi mirada,
porque le observo, le degusto
le como y le bebo con mis ojos
y salivo, quiero, y necesito ese cuerpo sentir
dentro de mí, pero antes quiero tocarlo
empezando por mis favoritos...
Eres un hombre fascinante
porque me permites
conocer tu intimidad mental
saber los juegos, los deseos, los anhelos
colorines y colorados, que guardas tanto en memorias
como en fantasías que podemos hacer realidad
si nos conectamos más, si lo buscamos tú y yo.
Conocer tu mente, es joder, chingar, fajar bien rico
la excitación que produce
es ingente y nos lleva al orgasmo
a identificarnos como una pareja muy, muy singular y particular
¡Qué gozadera de suerte encontrarnos!
y por último, pero no menos importante
Eres un hombre que me lleva a vivir en su cocorito
y ahí me chiquea, me cuida, me da ternura
y me brinda su abrigo, su amor y me cose a su alma
con cada te amo, así me haces más tuya
y yo me siento enamorada y deseosa de sentir
ahora mismo... tus músculos y huesitos
estos que ya te dije me ponen y me prenden
como un cerillito de mechita corta
y harta lumbre, caliente, caliente.
Me tienes...
Atentamente:
Tu mami, tu Pata, tu Adri.