Ayer y hoy, he hecho un experimento sobre el tiempo.
Me he dado cuenta que tengo muchas actividades en mi home office,
las propias de casa, las de atención a mis mascotas,
las de atención a mi familia, las de atención a mis jefes,
las de atención a mis labores administrativas, juntas, reuniones, e-mails,
whatsApps, teams, zoom, llamadas,
atender esto, lo otro, aquello
y así es todos los días, casi todo el día.
Y aún así, tener tiempo de decir buenos días y buenas noches al hombre que amo,
de imaginar detalles lindos y románticos
para seguir tejiendo el lazo de afecto y corresponder
al sentimiento que me produce amarlo
y el placer que me causa hacérselo saber.
Yo puedo, porque quiero, porque me motivo a hacerlo
porque entiendo que la lejanía hace que todo se vuelva frío
y yo quiero mantener este amor caliente, no tibio ni helado
lo quiero cálido y palpitante, vivo en todos los sentidos.
Yo ofrezco un tiempo con mi caos interno,
con la suma integra de mis debilidades,
de mis momentos absurdos, de mis angustias infantiles,
de mis sueños y anhelos, de mis metas y proyectos
de mis risas y mis llantos, de mis esperanzas y mis quebrantos,
yo simplemente soy todo, y en ese todo esta el todo del tiempo.
porque al final solo soy corazón y mente,
sin uno no estoy completa, y lo único que poseo es mi unicidad.
Estoy aprendiendo del tiempo,
cuánto es una hora, cuanto es un minuto,
cuánto dura enviar un texto, cuánto se pierde,
cuánto se gana siendo frío y lejano,
cuánto se pierde de uno siendo cálido y cercano.
¿Cuánto ganas al ignorar mis detalles?
¿Cuánto pierdes al mostrarte duro y frío?
¿Cuánto gano yo cuando te vuelves distante?
¿Cuánto pierdo yo al sentirme desconcertada?
¿Cuánto ganas al racionalizar y dosificar el amor?
¿Cuánto pierdo al ser más emoción que razón?
¿Cuánto ganamos como pareja al estar lejos?
¿Estamos ganando o perdiendo con esta relación?
¿Conviene hacer la balanza?
¿Conviene abrir las arcas y mirar como estamos?
¿Podremos construir puentes o seguimos haciendo muros?
¿Será que ya no hay caminos, será que las ausencias
van agregando motivos de olvido?
Son muchas mis preguntas,
son muchas mis reflexiones, y quizás te pase igual
por eso te ocupes día y noche,
quizás por eso, no necesites de mi yo, en tu estar.
Quizás la ganancia es que ahora esta tristeza
me está dando realidad, y la realidad siempre obliga a pensar.
Atentamente:
Patricia Adriana Hernández.