Para ya irme a dormir:
Voy a empezar a hacer ejercicios de pensamiento lógico
respecto a la relación que tengo contigo,
porque hay que ser racional, y hoy hablaré de números
ya se verá al final si el saldo es a favor o en contra,
ya se verá si me conviene sentir o pensar,
o ignorar y solo existir.
Pensando con lógica, nuestros números quedan así:
Kilómetros que nos separan entre tu ciudad y la mía: 3458 km
Tiempo que no nos hemos visto: Desde el 26 de diciembre de 2019 a 06 de marzo de 2021:
Días
436
1 Año, 2 Meses, 8 Días
Eso traducido en horas: 10464
Eso traducido en minutos: 627840
Todo ese tiempo en que no he podido abrazarte, acariciarte, hacerte el amor.
Y la suma sigue porque el tiempo avanza y no hay planes concretos de que nos veamos.
Ya no me has dicho del viaje, ni del pasaporte
y esta vez yo ya no me voy a invitar porque ya van dos veces que lo hago y me rechazas por la pandemia, por la salud.
El día tiene 24 horas, y esas horas son 1440 minutos
de los cuales, ¿Cuántos los pasamos juntos?
Juntos hablando de nosotros, siendo solo tú y yo.
¿Hacemos cosas de pareja o de amigos?
Cuando dices que no puedes hablar conmigo
porque tienes cosas que hacer, entiendo
que eso es tu prioridad, que yo soy la segunda, tercera o vigésima opción,
nunca he sido lo primordial, nunca has temblado de amor por mí,
tu amor siempre ha sido "medido", "controlado", nunca te has sentido loco, con esa locura que hace que uno tome dos vuelos y pague tanto dinero para sentir esos besos, para ver esos ojos, para vivir la vida que se sueña y se desea con ese otro que para uno es todo y lo más.
Siempre cuidas de no salirte de tu forma tibia de amar,
nunca te hierve la sangre, nunca te veo explotar de amor y romance.
Y retomo, cuando dices hoy no te llamo, no es que no llames es que si son 1440 minutos, ¿por qué en ellos no hubo en el momento del día o de la noche para nosotros?
Porque no hay mensajes sorpresas, detalles románticos, sentir que sientes entusiasmo de mí y que yo aún represento en ti, esas ganas de vivir y sentir la vida al mil.
Esas ganas de querer saberme, de desearme
que mi cuerpo te provocara, no como un cumplir, sino como un quiero y necesito sentir ese placer que nadie más podría darte, porque no es el cuerpo lo que se busca, es el corazón que habita en mi piel.
Cuando hay mensajes en la tarde es porque en la noche no me escribirás , esa táctica ya me la sé, porque así siento que me mides lo que das, porque nunca me das "de más".
Estos días seguiré pensando en cuestiones lógicas, que siempre evitaba porque mi corazón siempre le gana a la razón.
Pero, ya me estoy dando valor para ver y aceptar que debo ser racional y objetiva.
Hay una balanza y quiero saber ¿Cuál saldo en contra o a favor arrojará?
Se vienen días y noches de inteligencia.
Atentamente:
Patricia Adriana Hernández