Ayer estas letras, se quedaron en espera
de un oído que quisiera escuchar: "Te quiero",
decirlo así, a chorrito de voz,
a latido grandote,
Se quedo esperando, un "esperaba de ti,
hora tras hora, saber de ti"
Pero, corrieron los minutos y supe a media noche
que no llegaría ni la atención de un buenas noches,
ni el beso, ni el te amo,
Porque uno no da lo que no siente,
porque cuando ya no es presencia
entonces, se hace ausente.
Y la ausencia es porque uno ya no es.
Una frase tremenda y brutal
pero tan cierta, como tan verdad.
En fin, comparto las letras,
porque nacieron en mí,
porque yo las haré vivir en la inmensidad
de la ausencia de él, y de mí,
es decir, en la ausencia de ese nosotros
que no está, que se esta yendo
y lo miro partir, pero sin caminar,
sin pedir más, quizás eso se llame dignidad.
He aquí el poema, que daría en mi ayer
a aquel amor mío, que hoy ya no sé
como querer...
Y luego, que las horas sigan su danza.,
que bailen los minutos en el reloj
mientras te pienso y busco las palabras
para cantar mientras te abrazo en mis pensamientos.
Y luego, que las horas sigan su danza
que bailen los segundos en el reloj
mientras te siento y busco la prosa y el verso
para recitar mientras te abrazo a mis sentimientos.
Y luego, que las horas sigan su danza,
que baile el tiempo en el reloj
mientras te quiero y busco besos
para vibrar mientras me abrazo a tu cuerpo.
Atentamente:
Patricia Adriana Hernández