Aquí estoy escribiéndote en la madrugada de este último día del año 2020.
Pensando en que deberíamos haber estado juntos, pero nada sucedió como se planeó. De pronto me acuerdo y se me achica el corazón, me siento nostálgica y no digo más nada. Pues, esto no es culpa de nadie, son cosas que pasan y ese pasar es lo que duele más.
Pasan las horas, los días, los meses, pasa la vida y no la estamos compartiendo, no la estamos gozando como lo hacen los novios, y encima estos días hemos estado con una mala comunicación, no estamos fluyendo, yo siento que todo lo que digo o comparto lo examinas para juzgarlo. Y tú ¿Qué sentirás tú?
Yo observo que ya hay constante, de ti para mí es un no, un no me gusta, un no me convence, un no quiero, un no deseo, un no puedo, un no, tajante y contundente. Eso está bien, uno debe ser como es.
No es el no, sino la suma de todos los "no" lo que me tienen pensativa, ¿Será que estaremos perdiendo la chispa, la magia, la ilusión? ¿Esa emoción de cosquillitas en la panza, de mirada atolondrada, de palpitar en toda la piel?
Sería tan triste confirmarlo, no se puede vivir una relación así. Porque estaría vacía, y los vacíos producen tristeza, melancolía, nostalgia.
Atentamente:
Patricia Adriana Hernández.