Amor de mis amores, Papito mío:
En lugar de soltarme, me sujetaste a ti,
entendiste mis desatinos y mis miedos,
me brindaste seguridad con tus modos tiernos.
Y cuando dijiste: "Adri, mi amor",
yo sentí que me volvía la alegría al corazón.
Me hiciste tanto bien, me haces tanto bien.
Fuiste como eres, tú, tan tú
y yo me siento enamorada de ti,
me gusta que seguimos siendo,
que lo seguimos intentando con y por amor.
Dejarte, es dejarme. Es no resistir la tristeza
y llorar en los días y en las noches,
es no sentir paz, ni bienestar, es una angustia
que no deseo volver a sentir.
Voy a poner todo mi empeño en no ser tan volátil,
rezo mucho por tener paciencia,
por no hacerme juicios ni ideas anticipadas.
Dios sabe que deseo tener las virtudes de una mujer que ama.
Porque yo te amo, te amo un montón.
Y me siento desde ese amoroso reencuentro
contenta y alegre, amorosa de ti, contigo y para con nosotros.
Gracias mi chico guapo, por ayudarme a continuar
escribiendo nuestra historia de amor
entre los dos como equipo team.
Seguimos vida de vida, seguimos y soy por ello,
la mujer, la novia y la Adri más feliz.
Atentamente:
Patricia Adriana Hernández.