Hay un proverbio Náhuatl que me gusta mucho y dice así: "No se llega al alba sino por el sendero de la noche".
Para mi significa siempre existe lo mejor por venir, aquella buena ventura que nos espera después de una larga o extenuante faena, y no me refiero solo al trabajo, sino a todo por lo que atravesamos en nuestra cotidianidad, eso que es parte del vivir, de la realidad.
Eso que nos forma y llamamos experiencias, que después son anécdotas y nos hacemos lo que somos.
Unos cientos de miles de pasos andados, de trayectos caminados, de palabras dichas y no dichas, de emociones y sensaciones.
En referencia a todo lo anterior les comparto el siguiente texto poético.
Contemos estrellas, y pidamos un o dos, o tres deseos. Nunca se sabe cuál noche hará realidad nuestros anhelos, sin embargo, ¡Intentemos que sea este anochecer!
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Imagen tomada de Pinterest que lleva al link:
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Hay algo muy sutil y muy hondo
en volverse a mirar el camino andado…
El camino en donde, sin dejar huella,
se dejó la vida entera.
Autoría de Dulce María Loynaz