Justamente hoy estaba pensando en que siempre tenemos dos opciones, siempre debemos decidir hasta cuando decimos que no decidimos estamos decidiendo.
Son nuestras elecciones las que nos dan alegrías, tristezas, sabores y sinsabores. Yo me preguntaba ¿Qué decisiones he tomado? ¿Cuáles son las que debo tomar? Y ustedes dirán, ¿Por qué ahora este tema me llena el pensamiento? Pues ayer una conocida me enseñó una página que se llama: Oráculo, y al lanzar preguntas, te responde con frases de películas. Una vez que me explicó la mecánica del juego, me invitó a hacerle preguntas, yo curiosamente las hice y al preguntar si seré madre, me respondió que debo aceptar mis limitaciones. Me ha dolido como no tienen una idea, una sensación de desilusión me embargó y no es porque crea en la página, que al final de cuentas trabaja con algoritmos, no lo que me dolió fue que de golpe pensé en mi tiempo fértil, pensé en mis decisiones, en qué debo tomarlas porque en una semana justamente Dios mediante cumpliré 38 años y no quisiera irme de este mundo sin dar vida, sin amar a otro ser sin medida. Pienso en eso, en qué soy responsable que mucho tiempo lo postergué porque mis parejas anteriores no me inspiraban ese querer formar una familia, pero ahora, ahora que me encuentro enamorada, ilusionada, que estoy viviendo un amor bonito, una relación donde me siento comprendida y amada, me siento deseosa, solo que salen las preguntas, las grandes preguntas: ¿Cuándo será? Tengo que cavilar si mis acciones me alejan o me acercan a mis proyectos de vida, y tomar decisiones desde el amor propio. Porque amo mucho a mi chico guapo, pero jamás le presionaré pero, a la vez me doy cuenta que sólo yo debo hacerme responsable de mis decisiones y por ende, de mi destino.
¡Dios nos ayude siempre a no claudicar y mantener la fe, la esperanza y el amor en nuestras vidas!
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Todos los derechos de la imagen le corresponden al creador de la misma. Imagen tomada de Pinterest que lleva al link: http://www.heatherjhene.com/blog/2017/11/20/b10u4335s902vvcdryv3p1tzmk6on2 |
Opuestos.
Hay dos clases de Silencio: uno que asfixia y ahoga, otro que oxigena, equilibra y armoniza.
Hay dos clases de Cansancio: uno tedioso y estéril, otro lleno de sentido, rico y fecundo.
Hay dos clases de Soledad: una que hasta “acompañada” destruye, otra que "sola o acompañada", edifica, planifica y ¡REVIVE!
Hay dos clases de Trabajo: uno que esclaviza y mutila, otro que vivifica, ilumina y libera.
Hay dos clases de Risa: una que ofende y agrede, otra que alegra, entusiasma y reanima.
Hay dos clases de Mirada: una que degrada y mutila, otra que enaltece, reconforta y sublima.
Hay dos clases de Relaciones: unas que aniquilan y envilecen, otras que logran el 'milagro' de hacer surgir lo mejor de nosotros mismos.
En la vida hay «dos clases» de todo o de casi todo y cada uno de nosotros, desde el fondo de nuestros corazones, sabemos con qué 'clase' de realidad decidimos Vivir.
La Vida no se nos da 'de una vez' y para siempre. La vida se nos da cada día, cada minuto, 'cada instante'.
Autor: Desconocido.