Hoy laboralmente fue un día extenuante a nivel emocional, sentí mucha presión por sacara a flote un trabajo y otro y otro, en fin. Eso me hizo sentir un estrés total, pero después de un momento en que creí colapsar me percaté que nada ni nadie tiene porque entrar en mi armonía, ni mi paz, ni en mi mente con su ansiedad.
Yo me libero de las cargas que no son mías, yo amo y bendigo mi trabajo, lo hago lo mejor que puedo, desde donde sé, desde mis competencias, sigo aprendiendo, sigo practicando, teorizando, leyendo. Sigo porque amo seguir, porque no me detengo y si hoy tuve ese resbalón emocional de permitir que otros y sus circunstancias me afectaran mañana no permitiré que sea así.
Yo no permito que nadie entré a mi mundo con los zapatos sucios, con la mente revuelta, con la angustia, con la amargura, con el estrés.
Yo soy un ser de amor, de bienestar, de paz. Yo amo mis tiempos, mi vida, mi mundo, mi trabajo.
Dios bendiga lo que hago, Dios bendiga mi aquí y mi ahora. Dios bendiga mi fuerza, mi paciencia, mi voluntad de ser mejor cada día.
Les deseo que ustedes que me leen también tengan tranquilidad, eso es lo mejor de esta vida.
Les comparto con gusto el texto:
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Todo lo que te molesta te enseña paciencia.
Todo el que te abandona te enseña a mantenerte de pie solo.
Todo lo que te enoja te enseña perdón y compasión.
Todo lo que tiene poder sobre ti, te enseña como recuperar tu poder.
Todo lo que odias te enseña amor incondicional.
Todo lo que temes te enseña coraje para sobrepasar tus miedos.
Todo lo que no puedes controlar te enseña a dejar ir.
Jackson Kiddard.