A propósito de la cuarentena, del confinamiento que estamos viviendo en casi todo el mundo. Leí este poema tan certero, me identifico porque definitivamente he gozado el tiempo en casa. Rescato la pausa, la armonía de estar en mi hogar, sintiendo mi espacio, mis tiempos de trabajo, sin la prisa por tomar el bus, por caminar a mil hora y llegar a hacer ejercicio y luego dormir para volver a empezar.
Ahora los tiempos son más míos, son mejor distribuidos y puedo convivir con mis mascotas, con mis gentes, con mis plantas, ¡Es tan bello regar el jardín en la mañana y ver como el agua de la manguera forma un arcoiris!, ¡oír los pajaritos que están posados en las ramas, en las ventanas! Y mirar esos colibríes que giran por mi espacio y me recuerdan que estoy viviendo en paz y armonía, que estoy disfrutando la no prisa, el descansar de ese ajetreo constante.
Realmente me gusta mi Home Office y lo disfruto mientras dure. Porque algún día ha de acabar, todo se mueve, nada es eterno y esto también pasara.
Mientras tanto, les comparto el poema, pueden buscar a la autora por su nombre en Facebook.
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| Todos los derechos de la imagen le corresponden al creador de la misma. Imagen tomada de Pinterest que lleva al link: https://i.pinimg.com/originals/d9/3d/c6/d93dc689512f499a4c9f5ee694ba0327.jpg |
No extraño salir con temor.
No extraño respirar gases tóxicos.
No extraño la abrumadora urgencia.
No extraño caminar entre zombies.
No extraño las tiendas 'ofrece imagen'.
No extraño que me digan en carteles que 'necesito'.
No extraño sentir el acecho del que mira con deseo.
No extraño la oferta de basura con dibujitos y colores.
No extraño que movilizarme conlleve más peligro que quedarme.
No extraño que te cueste todo, el doble, el triple o la proporción según las conveniencias.
No extraño creer que estoy fuera de las pasarelas en las calles llenas de copias de las copias de una falsa moda.
No extraño la competencia contra el tiempo, la naturaleza, los ciclos, los estados profundos, las sensaciones, los sentimientos.
Nada que el mundo desbordado contenía, nada de eso extraño.
Extraño los abrazos, el bosque, la mirada de mis amados, las risas, el mar, las historias, las manos...
Yo, hoy y cada día de cuarentena.
Autora: Sofy Catalina Rosas Durán.