Hoy quisiera sentirme deseada como mujer, como amante, no solo sentir que me ama, sino que también su piel arde por mí. Oír esas palabras que alborotan las hormonas y retumban la sien. Oírle pícaro, atrevido, oírle como cuando a media noche era el sol que me inundaba la vida encendiendo desde la cama: mi alma. Y por eso escribí lo que les comparto:
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Sol de media noche,
¿hace cuánto no me visitas?
Sol de media noche
necesito sentir en mi vientre
tu piel hecha brasas
y ver como arrasas
con la parsimonia que nos atrapa.
Sol de media noche
¿acaso no deseas verme arder?
Basta un poco de tu aliento
para que como viento aviva
la llama, prendas el incienso.
Sol de media noche
yo estoy viva y siento amor,
siento deseo porque soy mujer
porque soy amante
y me gusta el placer.
Sol de media noche
no me basta la plática,
sedúceme como ayer,
como cuando querías conquistar
mi corazón y primero alcanzaste mi piel.
Sol de media noche
reacciona a mí, déjate seducir
qué la vida es breve, el encanto mucho
los besos son largos, el tiempo es corto.
Sol de media noche
hagamos el amor porque si no
este amor no verá el alba volver.
Autora: Patricia Adriana Hernández