Estos días de confinamiento, me llevan a mí, a la mujer que soy, a la que he ido moldeando y rediseñando tanto exterior como interiormente. Hay un ejercicio que tengo pendiente y es el ejercicio de la libertad.
En lo personal me gusta pertenecer, ser de alguien, tanto que sí el día que me case firmaré con el apellido de mi esposo, como lo hizo mi mamá y mi abuela, y mi bisabuela. En fin. Luego pienso, no, no debes ser libre. Y es una disyuntiva ¿Acaso la libertad es una sola postura del mundo?
Sé que el apego es que ocasiona los sufrimientos, y yo no quiero sufrir ni ahora ni luego. Sé también que un vínculo cuando se hace profundo te lleva al apego, de manera natural los hilos se van tejiendo en un mismo telar y pasa, siempre pasa.
Ser libre es tener autosuficiencia, es bastarse uno mismo, es ser dueña de sí, es valentía, es coraje, es determinación. Voluntad de soltar y eso es lo que debería ser.
Pero, yo que nado contra corriente, que doy vueltas antes de dormir y me acomodo entre deseos y oraciones, entre anhelos y cursilerías. Pareciera que tengo 16 años y busco conscientemente detalles para sumar, que me hagan amar, estar, permanecer y no hablo solo de amor de pareja, hablo de todas las relaciones que establezco.
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Soy una soñadora, una romántica, una cursi mujer enamorada que le gusta sentir el abrazo de mi chico guapo y cuando me toma de la mano y puede conversarme que camino tomar.
Sé que si se añade un otro, un compañero de "equipo team de dos" será más afable el sendero de la vida, será más cálido el andar.
La libertad es el amor vibrando en blanco, guardando dentro todos los colores para soltarlos uno a uno con las emociones que se van viviendo entre amores, que ahora me nacen bonito, que me llenan toíto.
Yo me siento libre perteneciendo, una paradoja, lo sé. Un hecho anquilosado, tal vez. Pero, soy dichosa y hoy por hoy eso me basta y me sobra.
Dios nos bendiga a todos con nuestras respectivas maneras de pensar, actuar y sentir. Dios nos bendiga nuestra manera de amar.
¡Viva el gozo de ser como uno quiere ser!
Autora: Patricia Adriana Hernández.