Mi mejor amiga perdió en días pasados su trabajo, como miles de personas en México y el mundo, consecuencias derivadas de esta pandemia. Y por ello, le quiero obsequiar esta lectura, tan cierta, divertida y maravillosamente creativa para retratar el arte de perder, saber desprenderse y continuar, porque de alguna manera uno se las ingenia y vuelve a empezar.
Qué toda conclusión sea el inicio de algo mejor, porque la energía que se mueve es solo eco de los movimientos del universo, es voluntad de Dios, todo va hacia adelante y hay que tomar fuerza con lo que amamos y nos aman.
Ella sabe que cuenta conmigo, con mi apoyo y solidaridad, porque la amistad es una bendición y hay que honrarle sabiendo estar, sobretodo cuando la vida se nos estrella en la cara y nos da dosis de realidad.
Le abrazo el corazón y deseo que tanto a ella como las personas que han perdido sus empleos les llegue la oportunidad de tener pronto otra fuente laboral.
Rezo por ello con fe y esperanza, vibro con ello y le solicito a Pachamama también.
¡Fuerza y valor!, ¡Ánimo y amor!
Bendecida vida para todos y todas.
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Todos los derechos de la imagen le corresponden al creador de la misma. Imagen tomada de Pinterest que lleva al link: https://www.flickr.com/photos/hsiangjungwu/5335064888/in/faves-notfrisco/ |
Un arte
No es difícil dominar el arte de perder:
tantas cosas parecen llenas del propósito de ser perdidas,
que su pérdida no es ningún desastre.
tantas cosas parecen llenas del propósito de ser perdidas,
que su pérdida no es ningún desastre.
Perder alguna cosa cada día. Aceptar aturdirse por la pérdida
de las llaves de la puerta, de la hora malgastada.
No es difícil dominar el arte de perder.
de las llaves de la puerta, de la hora malgastada.
No es difícil dominar el arte de perder.
Después practicar perder más lejos y más rápido:
los lugares, y los nombres, y dónde pretendías
viajar. Nada de todo esto te traerá desastre alguno.
los lugares, y los nombres, y dónde pretendías
viajar. Nada de todo esto te traerá desastre alguno.
He perdido el reloj de mi madre. Y, ¡mira!, voy por la última
—quizás por la penúltima— de tres casas amadas.
No es difícil dominar el arte de perder.
—quizás por la penúltima— de tres casas amadas.
No es difícil dominar el arte de perder.
He perdido dos ciudades, las dos preciosas. Y, más vastos,
poseí algunos reinos, dos ríos, un continente.
Los echo de menos, pero no fue ningún desastre.
poseí algunos reinos, dos ríos, un continente.
Los echo de menos, pero no fue ningún desastre.
Incluso habiéndote perdido a ti (tu voz bromeando, un gesto
que amo) no habré mentido. Por supuesto,
no es difícil dominar el arte de perder, por más que a veces
pueda parecernos (¡escríbelo!) un desastre.
que amo) no habré mentido. Por supuesto,
no es difícil dominar el arte de perder, por más que a veces
pueda parecernos (¡escríbelo!) un desastre.
Elizabeth Bishop