Cuento de hadas africano.

Los cuentos de hadas, siempre me han gustado en sí amo con todo el corazón los cuentos. Hoy tuve la oportunidad de leer por primera vez este cuento que les comparto.
Espero que lo disfruten y tengan la esperanza de hallar ese par de gemelos maravillosos próximamente en sus vida, de una u otra forma seremos bendecidos, somos ya bendecidos.
¡Esperanzador lunes para ustedes y yo!

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Imagen tomada de la página de Facebook: La crisalide notturna



Hoy les cuento.

Cuentos de hadas africanas.

El niño de oro y el niño de plata
Niame, el más poderoso de los magos del cielo, vivía en una granja colocada sobre una hermosa alfombra
De nubes. Un día decidió tomar esposa e invitó a presentarse a las cuatro chicas más hermosas
De su tribu. Luego le preguntó a cada una:
¿Qué harías por mí si me casara contigo?
La primera, que se llamaba Acoco, declaró:
Barrería la granja y gobernaría tu casa.
Y la segunda:
Cocinaría todos los días para ti los mejores platos.
Y la tercera:
- Hilaría montañas de algodón e iría todos los días a tomar el agua.
Y la cuarta:
- Yo, Niame, te daría un hijo de oro.
Por supuesto, Niame eligió la última y ordenó preparar la ceremonia para la boda. Acoco se molestó
por la elección hecha por Niame; se llenó de envidia y celos. Sin embargo, supo ocultar muy bien sus sentimientos y logró quedarse con la joven reina como dama de
compañía.
Los dos novios vivíamos felices y ya habían preparado la cuna esperando al niño todo de oro,
Cuando Niame tuvo que irse, para visitar una gran granja. Justo durante su ausencia, la reina parió dos gemelos: uno todo de oro, el otro todo de plata. La malvada Acoco, en cuanto los vio, tomó a los dos niños, los encerró en una cesta y huyó con ellos en medio del bosque; luego escondió la cesta en el tronco vacío de un árbol. En la cuna en lugar de los niños, puso dos horribles ranas. Cuando Niame regresó, Acoco corrió hacia él:
- ¡Date prisa, Niame! - gritó. ¡Ven a la casa a ver a tus hijos!
Niame se apresuró, pero cuando vio en la cuna a las dos bestias feas, quedó mal. Mandó que las ranitas fueran asesinadas y la reina exiliada justo en las fronteras del Reino, en una cabaña solitaria.
Mientras tanto, el destino quiso que un cazador pasara cerca del árbol muerto donde estaba escondido el cesto con los dos niños dentro. El hombre miró un brillo y se acercó.
- ¿Qué es esto?- se preguntó.
- Somos hijos de Niame - respondieron los niños.
El cazador recogió la cesta, lo abrió, y quedó admirado ante la belleza de los dos pequeños. Era  pobre, pero los llevó a su casa y los crió con amor, sin revelar a nadie donde los tenía.
Los dos niños crecieron buenos, obedientes y hábiles en todas las cosas. Cuando el cazador tenía necesidad de dinero, recogía el polvo de oro y plata que caía constantemente de sus cuerpos e iba a la ciudad a comprar cuando necesitaba. Poco a poco se convirtió en un hombre muy rico, y reemplazó la miserable cabaña por una gran granja.
Un día, el cazador se enteró de que los dos niños eran hijos del rey y entonces, aunque a regañadientes, decidió llevarlos a su padre. Al llegar a la granja de Niame, el cazador llamó al rey desde fuera de la valla y le dijo:
-¡Ven a ver qué ejercicios puede hacer este chico de plata!
Niame salió y quedó admirado por la habilidad extraordinaria del joven. Mientras tanto, el chico de oro comenzó a cantar de manera maravillosa y cantando contaba su historia: la promesa de la
mamá, la malvada de Acoco y la bondad del cazador que los había criado y amados como hijos.
Niame sorprendido y conmovido abrazó a sus hijos, hizo llamar a la reina del exilio y ordenó a las esclavas peinarla y vestirla de ropa y regalos. Luego fue a donde estaba Acoco y la convirtió en una gallina, lanzándola a la tierra. Finalmente alabó mucho al buen cazador y lo envió a casa con regalos.
Aún hoy los dos hijos de Niame van a bañarse en el gran río que bajaba a cascada en la Tierra; entonces un poco de su polvo de oro y plata llega hasta nosotros y los que lo encuentran se vuelven muy ricos.

Texto visto en la página: La crisalide notturna
Desconozco la autoría pero, venían estas páginas de referencia. Si alguien sabe el autor me lo puede decir para con todo gusto colocar los créditos correspondientes.
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