Se llama calma. Dalai Lama.


Esta reflexión maravillosa me la envío mi mejor amiga, que ahora se encuentra en un proceso de desapego, sé que muchas personas pasamos por momentos donde nos toca retornar hacía nosotros mismos y empezar desde cero. 
Se los comparto esperando que empecemos una semana con nuevos bríos, con renovadas esperanzas y con la fuerza de ser y sentir amor propio, y amor de Dios, de la naturaleza, de nuestros allegados en afectos, de los que viven en nuestro corazón.
Qué seamos para nosotros y lo que nos rodea: Bendición, paz y amor.
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SE LLAMA CALMA 

Se llama calma y me costó muchas tormentas.
Se llama calma y cuando desaparece…. salgo otra vez a su búsqueda.
Se llama calma y me enseña a respirar, a pensar y repensar.
Se llama calma y cuando la locura la tienta se desatan vientos bravos que cuestan dominar.
Se llama calma y llega con los años cuando la ambición de joven, la lengua suelta y la panza fría dan lugar a más silencios y más sabiduría.
Se llama calma cuando se aprende bien a amar, cuando el egoísmo da lugar al dar y el inconformismo se desvanece para abrir corazón y alma entregándose enteros a quien quiera recibir y dar.
Se llama calma cuando la amistad es tan sincera que se caen todas las máscaras y todo se puede contar.
Se llama calma y el mundo la evade, la ignora, inventando guerras que nunca nadie va a ganar. 
Se llama calma cuando el silencio se disfruta, cuando los ruidos no son solo música y locura sino el viento, los pájaros, la buena compañía o el ruido del mar. 
Se llama calma y con nada se paga, no hay moneda de ningún color que pueda cubrir su valor cuando se hace realidad. 
Se llama calma y me costó muchas tormentas y las transitaría mil veces más hasta volverla a encontrar. 
Se llama calma, la disfruto, la respeto y no la quiero soltar. 

Autor: Dalai Lama